Cuando los menores o las personas necesitadas de apoyos tienen conflicto de intereses con sus representantes legales en la partición de una herencia es necesario el nombramiento de un defensor judicial (art. 235 y 295 del C.c.) El defensor judicial designado para representar a un menor o a una persona necesitada de apoyo en una partición, deberá obtener la aprobación posterior de la autoridad judicial, si el Letrado de la Administración de Justicia no hubiera dispuesto otra cosa al hacer el nombramiento (art. 1060 del C.c.)
La
excepción a la regla general de representación legal de los padres, tutores o
curadores por un defensor judicial sólo se aplica cuando exista una oposición
de intereses, es decir un conflicto real de intereses que viene definido por la
existencia de una situación de ventaja de los intereses del representante sobre
los del representado. Cuando no existe conflicto, porque no existe oposición,
sino intereses paralelos de representante y representado rige la regla general.
Para
que pueda apreciarse que existe contradicción de intereses en una partición de
herencia en la que intervenga el cónyuge viudo en representación de sus hijos
menores es necesario que el representante y el representado aparezcan
interesados como copartícipes en la misma partición y ni siquiera en tal
supuesto puede darse por sentado que siempre que dicho representante legal
intervenga también en su propio nombre existe, por definición, oposición de
intereses, sino que habrá que examinar las circunstancias concretas del caso.
No
existe conflicto de intereses en los siguientes supuestos:
1.-
En el caso de adjudicación «pro indiviso» de bienes de la herencia, realizada
por la viuda en su favor y en representación de sus hijos menores de edad si
había estado casada en régimen de separación de bienes. (Resolución de 27 de
enero de 1987). Lo mismo hay que entender si siendo el régimen de gananciales
todos los bienes de la herencia fueran privativo del causante.
2.- Cuando uno de los herederos interviene en
su propio nombre y además como tutor de otro y se adjudica en nuda propiedad
una cuota parte indivisa del único bien inventariado a los herederos. (Resolución
de 14 de septiembre de 2004)
3.-
Cuando en la liquidación de sociedad de gananciales y partición de herencia
otorgada por el cónyuge viudo en su propio nombre y en representación legal de
sus hijos menores, todos los bienes inventariados fueron adquiridos por el
cónyuge premuerto para su sociedad conyugal y se adjudican «pro indiviso» al
cónyuge supérstite y a los hijos por éste representados, respetándose
estrictamente las cuotas legales en la sociedad conyugal disuelta y en el
caudal relicto. (Resolución de 15 de septiembre de 2003). El conflicto tiene
que ser real, y este no se da cuando en la partición se respeta la
proporcionalidad de las cuotas, de modo que la comunidad hereditaria es
sustituida por una comunidad romana por cuotas. En estos casos no hay conflicto
siempre que la liquidación sea total, los bienes fueron adquiridos por el
premuerto para su sociedad conyugal, se adjudican pro indiviso respetando las
cuotas, no ejercita el viudo ninguna opción de pago de su cuota legal y se declara
expresamente que no existen más bienes.
4.- Tampoco existe conflicto de intereses
si hay bienes gananciales cuya titularidad no puede ser desvirtuada por el
cónyuge sobreviviente ni por sus herederos, toda vez que los bienes fueron
adquiridos conjuntamente por los dos cónyuges para la sociedad de gananciales
ya que en este caso la ganancialidad es indubitada como sucede cuando
son ambos cónyuges lo que hicieron esa manifestación al tiempo de la
adquisición del bien. (Res.
de 2 de agosto de 2012)
5.- De igual modo no existe conflicto de
intereses en una partición cuando los bienes fueron adquiridos solamente por el
cónyuge sobreviviente, ya que la ruptura de la presunción de ganancialidad perjudicaría
a los menores. (Res. de 2 de agosto de 2012)
6.- Por último, tampoco hay conflicto de intereses
cuando el viudo beneficiado opta en la partición por adjudicarse el usufructo
del tercio de mejora y la propiedad del tercio libre, declinando la posibilidad
de adjudicarse el usufructo universal.
En estos casos se estima que no hay conflicto de intereses porque
la opción de la viuda no crea una situación que obligue a los menores a tomar
una decisión. La elección tomada por la viuda lo ha sido en los términos
ordenados en el testamento y no afecta a la intangibilidad de la legítima de
los menores, que no ven gravada su legítima estricta por el usufructo de su
madre. (Resolución
de la DG de seis de marzo de 2025)
En cambio, hay conflicto de intereses en
los siguientes supuestos:
1-. Si la ganancialidad de los bienes no
fuera indubitada. Así sucede cuando algún bien ha sido adquirido por el
causante y se inscribe con el carácter de presuntivamente ganancial, pues en
caso de destruirse esta presunción, el bien entraría a formar parte de su
patrimonio privativo del causante con un evidente beneficio para los herederos
menores de edad, que verían incrementado sus derechos hereditarios.
2-. Si se hacen adjudicaciones desiguales sin
atenerse a la proporcionalidad de las cuotas, se hacen adjudicaciones concretas
de bienes o la partición fuera parcial hay conflicto de intereses y por tanto
se hace necesario el nombramiento de un defensor judicial.
3.- Por último, también se estima que hay
conflicto de intereses en las particiones testamentarias cuando el cónyuge
viudo hace uso de la opción de elegir entre el usufructo universal o la
propiedad del tercio libre y el usufructo del tercio de mejora y entre estas
dos opciones opta por el usufructo universal, pues la cautela socini pone en
juego la posibilidad de que los herederos –menores o incapaces para decidir por
sí solos– deban elegir entre que su parte de herencia esté gravada con el
usufructo o que se concrete en el tercio de libre disposición, lo que producía
una colisión de intereses entre ellos y quien les representa (R. 5 de febrero
de 2015 , R. 18 de octubre de 2019 y R. de seis de
marzo de 2025)
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