Las actas notariales de presencia acreditan la realidad o verdad del hecho que motiva su autorización según lo que presencie o perciba el notario, si bien no podrá extenderse a hechos cuya constancia requieran conocimientos periciales.
El notario puede levantar un acta
notarial de una conversación de wasap o de otro sistema de comunicación instantánea,
con una serie de cautelas y advertencias. Las actas notariales de mensajes de
WhatsApp son una modalidad de las actas de presencia.
En primer lugar, el notario debe
comprobar la finalidad racional y ética, que no puede ser otra que acreditar el
contenido de una conversación que pueda ser extraviada. Su fundamento se
encuentra el derecho a la tutela judicial efectiva, de utilizar por tanto los
medios pertinentes para su defensa, entre ellos el acta notarial (artículo 24
de la Constitución).
Las razones de la necesidad de
acudir al acta notarial pueden ser muy diversas. Al requirente le puede
interesar constatar una conversación escrita por razón de una disputa familiar,
laboral o societaria para preconstituir una prueba en un futuro procedimiento.
También se suele utilizar para acreditar los compromisos de pago entre
particulares o el incumplimiento de contratos o servicios impagados o el
incumplimiento de una obligación en el ámbito familiar como puede ser la no
entrega de los hijos en el horario establecido para la custodia. Igualmente puede
ser útil para demostrar situaciones de acoso, los insultos y las amenazas, los
mensajes despectivos, o el reconocimiento de un hecho que luego se niega como
puede ser los daños que el inquilino reconoce y que luego se niega a pagar.
El notario admitirá el
requerimiento advirtiendo expresamente que la intervención notarial se realiza
a los meros efectos de evitar la pérdida de dichos mensajes sin que en ningún
caso se pueda hacer un uso público de los mismos sin la autorización del otro
interlocutor o sin autorización judicial. En todo caso debe tenerse en cuenta que
el acta notarial no acredita la titularidad de la línea de teléfono del remitente,
ni la identidad del autor de dichos mensajes y que se limita a dejar constancia
de la existencia en el terminal receptor de ese mensaje.
En segundo lugar, el requerimiento sólo lo puede
hacer unos de los interlocutores en la conversación pues sólo así no se vulnera
el derecho a la intimidad. El secreto de comunicaciones que invoca el artículo
18 de la Constitución sólo se aplica a los terceros que son extraños a la
comunicación, y por tanto no afecta al emisor y receptor.
En tercer lugar, el notario tiene
que identificar con las máximas garantías el teléfono receptor de la
comunicación con su IMEI y número de tarjeta de SIM así como el número del
teléfono emisor. El IMEI (International Mobile Equipment Identity), es un
número único para cada terminal que se obtiene marcando en el teléfono *#06#. La
SIM es un elemento que identifica al
usuario o responsable de la línea.
En cuarto lugar, el requirente
debe manifestar expresamente bajo su responsabilidad que no ha alterado el
contenido y que el contexto de la conversación, la fecha y la hora fijada es
correcta. Las conversaciones deben ser completas, tienen un contexto y unas
circunstancias, por lo que no se puede omitir parte de la conversación.
En quinto lugar, el contenido de
un acta es secreto y no es susceptible de difusión, por lo que el requirente
sólo podrá usar el contenido de acta como prueba de una reclamación o denuncia.
El protocolo notarial es secreto (art. 274 del reglamento), y solamente tiene
una publicidad restringida a personas con derechos adquiridos o con interés
legítimo. La existencia de una copia notarial no supone permiso para una
publicidad indiscriminada de su contenido.
En sexto lugar, el notario no es
un perito forense su actuación se tiene que limitar a comprobar el contenido de
las comunicaciones. Se puede incluir en el acta capturas de pantalla o
mensajes. Los mensajes pueden ser no sólo de textos sino también imágenes,
vídeos o notas de voz que el notario transcribirá. En cuanto a las imágenes y
videos sólo podrán ser objeto de acta si no afectan a la dignidad e intimidad
de otras personas. En cuanto a los audios el notario no puede dar fe de la
identidad del emisor. Otra información que puede ser relevante es la fecha y
hora de los mensajes, el nombre y número de remitente y destinatario y los
estados de los perfiles. El valor probatorio del acta queda acentuado si se
incorpora un informe pericial forense que acredite la no manipulación de los
mensajes.
En séptimo lugar, el acta puede
servir para que el receptor haga manifestaciones respecto a las comunicaciones
recibidas para hacer constar una declaración formal que luego no pueda ser
desvirtuada. Pueden ser precisiones para entender el contexto o explicar los
motivos por el que interesa levantar el acta.
Coste: El precio para formalizar un acta de WhatsApp o aplicaciones
similares es de alrededor de 130 € IVA incluido si ocupa un folio de una cara y
con la expedición de una única copia autorizada y una copia simple.
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